El secreto detrás del verdadero origen de los nombres de las facturas

A finales de la década del 1800, un sindicato de pasteleros decidió renombrar sus pasteles con el objetivo de hacer propaganda de sus reclamos contra la iglesia, el gobierno y el ejército.

La palabra ‘facturas’, que engloba a todos los pastelitos, hacía referencia a todo el dinero que el Estado le debía a los panaderos. También estaban los famosos ‘libritos’, las facturas de grasa con forma de libro que hacían alusión a la educación.

Las ‘bolas de fraile’ y los ‘cañoncitos’ son otro ejemplo. Con estas dos facturas, los pasteleros se dirigían a los militares. Lo mismo con los llamados vigilantes, que se asemejan al bastón de un policía.

Por último estaban los ‘suspiros de monja’, un mensaje directo para la iglesia.

En su momento, la lógica del sindicato fue: ¿qué mejor forma de llamar la atención sobre nuestra causa que cambiando los nombres de algo que comemos todos los días? Sin embargo, hoy en día, la mayoría de los argentinos desconoce el origen del nombre de las facturas que tanto aman.

22nd May 2024

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